Mis periquitos.

lunes, 9 de enero de 2012

Tenía miedo.

Ahora sentía miedo. Un miedo que no tenía una localización exacta en su cuerpo. Que no afectaba a su sistema respiratorio, ni a sus glándulas sudoríparas, ni a su locomoción. Que no le pertenecía, pero que se posaba en él. Era un miedo que se oía como un bisbisear. Que provenía de la confidencia de las cosas. De la experiencia de las cosas. El miedo a la posibilidad de ser borrado. El miedo a la desaparición.



6 comentarios:

  1. Me encanta tú blog,te sigo desde ya;)
    Pásate por mí blog,si quieres^^

    ResponderEliminar
  2. Gracias por pasarte por nuestro blog, nos alegramos de que te haya gustado y por supuesto que te seguimos, eso ni se pregunta! Tienes un blog precioso y lo de las hojas nos encanta!! que da genial! Un besazo guapa <3
    http://bienvenidoalavidaa.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  3. Madre mía, qué pasada de entrada! Me encanta! Pero recuerda que nada es para siempre, el miedo tampoco ;)
    Gracias por seguirme, pásate por mi blog cuando quieras^^

    ResponderEliminar
  4. muchisimas graciaaas :) ya os sigooo ^^
    un besoooo

    ResponderEliminar
  5. muchaas gracias por seguirmee ^^ tu blog es geniaal :)
    Pero no te olvides de que por mucho que dure el miedo no es eterno...y habla la voz de la experiencia jajajajaj porque me suele pasar bastante -.-
    Bueeno un besitoo

    ResponderEliminar
  6. muchas graciaaaaas :)
    me alegro de que te gusteee ^^ un besitoooo

    ResponderEliminar

Gracias a vuestros comentarios mi blog es cada día mucho mejor. Gracias :)

El 90% de mí es ÉL.

El 90% de mí es ÉL.

No estamos hablando de lo mismo.

No estamos hablando de lo mismo.
A ver cuando te enteras que la felicidad no es tenerlo todo, a ver cuando te enteras de que tenerlo todo se llama ambición. Yo soy ambiciosa, pero gracias a la ambición soy feliz. Y me gusta serlo.

Que nos miren,

Que nos miren,
que se jodan.